El parque está dividido en dos zonas por una fractura en el terreno, a modo de barranca, que produce un desnivel de 10 metros de altura. Con diversos taludes, se van creando jardines alusivos a culturas de todos los tiempos, como la romana, manierista, romántica, japonesa, china y persa. Está estructurado por dos recorridos que acompañan al corte del terreno. El superior, materializado por un pergolado, presenta una visual panorámica de la ciudad. Posee una serie de muros de colores que enmarcan el paisaje y conforman distintos lugares de estar y miradores. En uno de estos espacios, se ubica una confitería y el núcleo de sanitarios.

El sector inferior o bajo posee un recorrido con el mismo sentido del superior, pero está resuelto por otro tipo de pergolado. Ambos recorridos se unen por escaleras-puentes que cruzan un espejo de agua ubicado al pie de la barranca. Una ciclovía, variados juegos de niños y un área de deporte complementan el recorrido del parque. En correspondencia a las calles barriales se ubican molinos que marcan los distintos accesos. Dos escuelas complementan la actividad del predio: una primaria, existente, y otra secundaria, a construir.